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Doña Martina Raxjal - Parte 1

Doña Martina Raxjal - Parte 1


La década de 1940 fue una de las etapas más importantes de la producción pictórica de don Francisco Telón. 

Considerado como uno de los primeros pintores realistas de Guatemala, desarrolló una técnica bastante depurada en comparación a sus contemporáneos (tomando en cuenta además, la ausencia de una educación formal en el arte de la pintura).

De esta década destacan obras que abordan temas variados como paisajes, arte sacro, retratos, entre otros. Dos de los retratos más impresionantes y que puedo mencionar en esta ocasión, son: el retrato de don Valeriano Otzoy y el retrato de doña Martina Raxjal, del que hablaremos particularmente en esta publicación.

La pintura fue por encargo de un amigo muy cercano de don Francisco Telón: don Bernardo Chirix, conocido ampliamente en el pueblo de Comalapa como "don Rumaldo". La popularidad de don Rumaldo se debió en parte al hecho de ser propietario de una de las tiendas más surtidas y de mayor tamaño en la comunidad, tienda que por cierto todavía existe, y aún es conocida con la referencia del nombre de "don Rumaldo". Pero, volviendo al tema de la pintura; don Rumaldo era nieto de doña Martina Raxjal, quien murió en el año de 1947, mismo año en el que la pintura fue encargada y realizada. 

La interesante historia de esta pintura apenas comienza, ya que existen tres versiones de la misma. La original —como ya fue mencionado— fue pintada en 1947. 

Hasta 1982, la pintura perteneció al dueño original y sus descendientes, de quienes tuve la oportunidad de escuchar inquietantes experiencias como la siguiente:

"El cuadro estaba puesto en la sala de la casa y cada vez que teníamos que atravesarla, pasábamos corriendo y agachados para no ver cómo la abuela nos seguía con la mirada..."

La expresión de la pintura es muy profunda y muy intensa. No es difícil imaginar a una mujer de carácter fuerte, a través de la sutil expresión magistralmente lograda por el artista en su obra... Sería válido pensar que la imaginación de un pequeño niño podría ser suficiente para alucinar semejante fenómeno en una pintura, pero no es el objetivo en este momento, negar o comprobar algún hecho de tipo paranormal.

Mencionaba anteriormente que la pintura perteneció a don Rumaldo hasta 1982... ¿Qué sucedió entonces?

La pintura fue poco a poco conocida y alcanzó cierta popularidad entre personas de la alta sociedad de la Capital de Guatemala de la década de 1970, quienes frecuentaban viajar a Comalapa para comprar pinturas. Se sabe de buena fuente, que la pintura fue incluso deseada por un multimillonario sueco que patrocinó gran cantidad de proyectos comunitarios en esa época, ofreciendo cualquier cantidad de dinero a cambio de la obra. Sin embargo, los dueños originales la resguadaron celosamente hasta que ocurrió lo siguiente:

En 1976, la pintura sufrió algunos daños importantes debido al terremoto del 4 de febrero de ese año. No se sabe con exactitud en qué condiciones estuvo sino hasta 1981, año en el que un nuevo personaje se hace un lugar en esta historia. 

Don Feliciano Bal, pintor. Había tomado lecciones de pintura del mismo Francisco Telón, quién le había enseñado todo lo que le fue posible concerniente a ese arte. 

Resultó que don Feliciano, se dedicaba no solamente a la pintura, sino también a la compra/venta de piezas de arte (mencionaba anteriormente que había un mercado muy activo con clientes de la alta sociedad guatemalteca en esos años). De alguna manera, se le ocurrió entonces a don Feliciano, la idea de ofrecer el siguiente trato: adueñarse de la pintura original (la cual estaba aún con daños a causa del terremoto), a cambio de hacer una réplica "nueva" para los dueños. Increíblemente (a mi parecer) y bajo quién sabe qué circunstancias, el trato fue aceptado. 

Es de suma importancia mencionar que justamente en esa época, don Francisco Telón y su familia padecieron un episodio muy difícil y doloroso, relacionado a la situación de violencia que se sufrió de manera generalizada y con mayor fuerza en los pueblos indígenas del altiplano guatemalteco, por lo que su figura queda totalmente fuera de este episodio particular de la historia.

Continuará...


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