Foto: Menú restaurante San Martín (2014)
Nada aquí es casualidad ni castigo divino. El debate del comportamiento humano siempre ha estado acompañado de causalidades y muchas paradojas. Hoy, la más evidente paradoja expuesta es el interés de sobrevivir a una enfermedad pandemica es proponer soluciones totalmente economicistas. Por ello vemos al gobierno de guatemala preocupado al pronunciarse en medios de comunicación cuando se trata de hablar de la economía. Y el problema no es que traten de solucionar la crisis económica del país, el problema aquí es que el sector empresarial, quienes financian principalmente a los partidos políticos son quienes proponen las políticas económicas y por lo tanto quienes se benefician más de dichas políticas estatales.
Guatemala posee una oligarquía (conjunto de empresas que ostentan del manejo económico y político del país). Empresas que tienen el poder económico del país desde el proceso de colonización de los pueblos originarios posterior a la invasión española. Durante siglos las mismas familias han manejado el sistema político y modelo económico en este país. Decidiendo qué se produce, para dónde se vende y sobre todo, quienes van a trabajar para ellos.
Ya han pasado siglos bajo el poder de estas empresas y familias. Y la esclavización de la población indígena, ladina, maya y mestiza ha estado siempre bajo el yugo de dicha oligarquía. Los castigos con látigos en las fincas como lo menciona J.J Cambranes en el texto "Café y Campesinos" se han convertido en la actualidad a desempleo, a no acceso a educación, no acceso a salud. Siendo una responsabilidad del Gobierno del Estado de Guatemala el promover dichos servicios. La esclavización en las fincas se convirtieron en todas las expresiones de violencia que se viven a diario en el país, desde asaltos hasta femicidios; en créditos hipotecarios o migración etc. La mala distribución de la riqueza que tiene nuestro territorio ha sido la causante del subdesarrollo de nuestra gente.
Consultar
https://cmiguate.org/asi-estan-las-fuerzas-dentro-del-cacif-en-la-actual-crisis-politica/
https://nomada.gt/pais/la-corrupcion-no-es-normal/bi-cementos-cerveceria-cmi-y-el-azucar-financiaron-ilegalmente-a-jimmy-a-traves-de-mcn/
Estos primeros meses del dos mil veinte los 'medios masivos de información' han saturado cada espacio digital (redes sociales principalmente) con información que ha generado un pánico individual y por lo tanto colectivo. El miedo a morir en conjunto sale a flote, las ganas individuales por sobrevivir resaltan y la psicosis se apodera de la población.
Acostumbrados a recibir ordenes y tener miedo a crear, el virus viene a resaltar el poder de la ignorancia en la población. Ignorancia diseñada a través de la poca inversión de los gobiernos de estado en su población, la poca inversión en instituciones de salud, en educación o en trabajo. Claro, si hay un pueblo que tiene acceso a educación de calidad y acceso a un sistema de salud eficiente tendría más probabilidades a ser un pueblo que exija sus derechos, por ello, actualmente la ignorancia de la población es lo que mantiene las exorbitantes riquezas que maneja esta oligarquía nacional. La ignorancia de la población es diseñada para que la gente tenga miedo, que este dividida, que no se articule y por lo tanto que muera lentamente sin saber que pudo estar en mejores condiciones.
La crisis humanitaria y económica que se avecina, puede ser uno de los episodios más interesantes de la historia social de la humanidad. Si, puede destruir mucho, pero también, puede ser la oportunidad para parar está máquina y pensar si existen otras formas de "ganarnos la vida", otras formas de trabajar, otros productos que consumir, otra gente que comprar, otros países con quienes comerciar. Y sobre todo preguntarnos, si realmente este sistema político llamado "democracia representativa" realmente atiende a nuestras necesidades como pueblo, como persona. De no ser así, es entonces la oportunidad de darnos un chance en creer que lo que nos parece "normal" quizás puede cambiar y cambiar para bien. No valemos un voto, somos seres humanos con ganas de comer y reír, de dormir y de llorar, pero por nuestra voluntad.
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