- “La gente quiere comer más mierda antes de hacer algo.”
- “Acaso no les indigna tanto robo que han hecho los políticos y empresarios.”
Estos son algunos comentarios que he leído en la red virtual Facebook, comentarios que han escrito estudiantes de la USAC, también hay que agregar que expresan la necesidad de organizar y articular con movimientos sociales, sindicatos, mercados y demás sociedad civil. Ante estos comentarios me pregunto:¬ ¿Qué están haciendo ellos para organizar y llevar a cabo los saqueos, bloqueos de carreteras y enfrentamientos con los aparatos represores del estado, que tanto hablan? ¿únicamente son necesarias estas acciones para poder transformar nuestra realidad política, económica social y cultural?
Es fácil realizar este tipo de comentarios desde la comodidad de los hogares y oficinas, es fácil simplificar la solución cuando se expresa desde el privilegio de tener acceso a la educación universitaria (con dificultades o no). Desde que se tiene conocimiento de la realidad social del país y desde que tenemos acceso a internet y hemos creado perfiles en las distintas redes socio virtuales (Jubenal Quispe) es fácil criticar y despotricar a medio mundo por su incapacidad de poder organizar y articular acciones que demuestren la indignación por los robos descarados que han realizado los distintos gobiernos, incluyendo el actual.
Haciendo un repaso en la historia del país, cabe recordar que el robo no es de ahora, ni de hace 50 años, el robo que se da hoy día, desde la concepción de Estado y sociedad moderna, nace con el derrocamiento de Árbenz, ¿y por qué con Árbenz? Porque es durante su gobierno que se le da la oportunidad al indígena de integrarse a la economía del país, se le devuelven sus tierras, pero bajo la lógica del pensamiento occidental de Jacobo, es decir, el decreto 900 o Reforma Agraria. También es durante el gobierno de Jacobo, que el indígena se integra a partidos políticos de Izquierda y tiene mayor acceso a la educación.
Más allá de criticar, despotricar y plantear acciones/soluciones en Facebook, ¿Qué estamos haciendo? Si nosotros exponemos la necesidad de organizarnos, de dialogar entre las distintas organizaciones y articularnos para acumular fuerza política, ¿Qué estamos haciendo nosotros como estudiantes “conscientes” para que esto se vuelva una realidad? si pedimos o planteamos medidas de hecho como las que se han llevado a cabo en Chile, México y Estados Unidos, hay que poner en práctica la teoría organizativa que se tiene para lograrlo.
Más allá de haber participado en procesos democráticos, como aspirar a un espacio de representación dentro o fuera de la universidad, mas allá de volantear y gritar consignas sin contenido político, histórico e ideológico y de los fallidos intentos de organización dentro de la USAC, ¿estamos organizando a nuestros vecinos? ¿sabemos de las necesidades de nuestras colonias, barrios, asentamientos etc.? ¿sabemos qué piensan y qué sienten nuestros vecinos sobre los problemas que afronta su vecindario? No es solamente de tener y generar consciencia social, es fundamental ser empáticos, sentir al otro desde su realidad, es generar y construir empatía para dar paso a la unidad.
Pienso que estos estudiantes no están en el derecho de exigir a la población que salga a las calles a manifestar y exigir un mejor sistema educativo, un mejor sistema de salud, de seguridad entre otras cosas, si estos estudiantes no han sido capaces de saber comunicar en los distintos lenguajes que existen en la sociedad el conocimiento que han adquirido en la USAC. Dudo que se tomen el tiempo de conversar con sus vecinos y si lo han hecho, lo primero que han de haber dicho o pensado tras oír la respuesta de su vecino es: “por personas como usted, es que estamos como estamos.”
No es únicamente salir a las calles y despotricar contra el gobierno, porque el gobierno en sí, no es el problema real, toda acción que se emprenda debe de ir dirigida hacia la raíz y en nuestro caso como en todo el mundo, nuestro principal problema es el modelo económico y quienes ostentan el poder del mismo, es decir, la oligarquía aglutinada en el CACIF, en la Corporación Multi Inversiones –CMI- entre otros oligopolios.
De seguir con la misma lógica de salir a manifestar y querer quemar todo lo que represente a la autoridad política, en contra de los gobiernos de turno, estaremos repitiendo el mismo error que se hizo en el 2015. Tenemos que entender que lo que se desea es un cambio de modelo económico, político y social, no que se cambien gobiernos o gobernantes.
Estas no son las únicas medidas ni las más necesarias para lograr cambios profundos en nuestra sociedad. La actual población estudiantil que se involucra en las luchas estudiantiles y sociales han dejado de lado la formación política ideológica con énfasis en nuestra realidad social. Todos sabemos que Guatemala es un país multicultural y más allá de los idiomas y prácticas socio culturales, existen distintos lenguajes. No es el mismo lenguaje que utiliza un campesino (agricultor) con el del albañil, el del sastre, el del chofer, el comerciante (vendedor de mercado) sean estos de la capital o de algún departamento. Todos también sabemos que estas personas han tenido un mínimo y en el mayor de los casos no han tenido acceso a la educación, por lo cual desconocen las reglas que rigen al Estado guatemalteco, desconocen los procesos históricos que sustenta el actual modelo económico y régimen político, desconocen la necesidad de la participación política enfocada en la fiscalización, esto no quiere decir que no entiendan las desigualdades económicas existentes.
Lo que la sociedad necesita, es que se le empodere, la población necesita conocimiento para poder defenderse y dar batalla. La oligarquía tiembla cuando el trabajador tiene conocimiento y esta organizado.
La sociedad tiene derecho de acceder al conocimiento que nosotros hemos adquirido, la sociedad tiene el derecho de que le comuniquemos en su lenguaje, porque no todos los lenguajes comunican para liberar. La sociedad necesita aprender de pintura, de música, danza, teatro. La sociedad debe saber sus derechos y sus obligaciones, no solamente estas últimas.
¿Cuándo un estudiante de derecho ha conversado con albañiles, choferes, comerciantes, etc., sobre el contenido de la Constitución Política de la República de Guatemala, sobre el contenido del código de trabajo?
¿Cuándo los estudiantes de ciencias políticas han conversado con estas personas sobre democracia, sobre la función de los COCODES, COMUDES, comités únicos de Barrio, sobre las obligaciones del funcionario público?
¿Cuándo los estudiantes de historia y sociología han conversado con estas personas sobre los procesos históricos, políticos y sociales que han dado vida a la situación actual?
¿Cuántos estudiantes de música, artes plásticas, danza y teatro han conversado con la sociedad sobre la necesidad del arte y su función en el desarrollo psicoemocional de las personas?
Sin lugar a duda, mientras haya quejas, habrá FINCA.
Noj

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